La importancia del crecimiento económico
Gerente general Octogone Chile
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Manuel Bengolea
El debate sobre la importancia del crecimiento económico como mecanismo generador de bienestar ha ido ganando fuerza, paulatinamente, al interior de la nueva mayoría, donde pareciera que están entendiendo que éste no se puede relegar a las prioridades políticas, por muy legítimas y necesarias que éstas sean. El Banco Central en su último IPoM mencionó explícitamente que las discusiones que se han tenido sobre los desafíos que el país nos plantea, han tenido un impacto adverso en la capacidad de crecimiento económico.
Discutir qué parte de la desaceleración económica chilena la explica China y qué parte el plan de reforma del Gobierno, es inconducente y una pérdida de tiempo. Casi todos los partidos políticos lo tienen meridianamente claro, de lo que se trata es que todos dejen sus intereses electorales a un lado, y con el mismo pragmatismo, que hizo que Chile descollara, en los últimos veinticinco años a nivel mundial, por su incremento en el ingreso per cápita, negocien un acuerdo que permita retomar el crecimiento como principal arma de progreso social. De paso aseguramos buenos empleos y salarios, e ingresos adicionales para que el Gobierno intensifique su ayuda a los más desposeídos.
A pesar del avance de 2,8% del Imacec en febrero (una variación mejor a lo esperado), marcaría un eventual cambio en la tendencia de desaceleración de los últimos meses, no hay que olvidar que el dato, además del día adicional, tiene otras distorsiones, como el comercio, que se ha visto notoriamente influido por los argentinos en Chile, que aprovechando el fin del cepo cambiario, han venido a comprar porque la disponibilidad y los precios (impuestos mucho menores) son significativamente mejores.
Lo crucial es que la incertidumbre entre empresarios y consumidores, se mejore manifiestamente para retomar lo antes posible mayores tasas de crecimiento. En este sentido, esperamos que las intenciones políticas se expresen claramente, y dado el deteriorado clima de negocios actual, su materialización debería ser onerosa para los políticos oficialistas, de lo contrario no serán creíbles. El ministro Valdés ha hecho un buen trabajo al respecto, privilegiando el crecimiento en la reformas propuestas por sobre los intereses partidarios, pero falta que la Presidente le dé su respaldo explícito e irrestricto, y que los políticos de los diferentes partidos sigan el mismo camino.
Lo negativo, es que la proximidad de las elecciones municipales, crea incentivos perversos entre los legisladores, quienes tenderán a privilegiar la agenda política por sobre la de país. Un ejemplo es el de la ministra del Trabajo, cuya agenda política, aunque no explícita pero obvia, apoya una reforma laboral que ningún economista serio dentro de su partido no haya criticado severamente. Es más, los políticos, en la clásica actitud chilena de sacar las castañas con la mano del gato, están dejando que la institucionalidad del mercado laboral quede en manos de jueces, que decidirían, por ejemplo, qué es o no es una adecuación necesaria.
Es bastante probable que el ciclo de desaceleración económica chilena haya topado fondo, pero también lo es que la reactivación del crecimiento hacia su potencial, tome varios años más.